Un policía, su hijo y un amigo enfrentan al jurado

Juicio MontecinoComenzó en Zapala el juicio contra los tres acusados de asesinar a tiros, cuando dormía, a un hombre de Las Lajas. Fiscalía y defensa admitieron una pelea previa en un bar.

Los tres imputados se arriesgan a una prisión perpetua por “homicidio calificado por alevosía”. El defensor espera que gane la duda.

En medio de un inusitado operativo policial se puso en marcha ayer el juicio por jurados por el asesinato del obrero Julio Montecino, ocurrido en mayo en Las Lajas. Los imputados por el delito de homicidio agravado por alevosía son el policía Roberto Zúñiga, su hijo Marcos y su amigo Néstor Cid. Las audiencias se desarrollan en el salón del club Tiro Federal.

La fiscalía, a cargo de Sandra González Taboada y Laura Pizzipaulo, detalló en su alegato de apertura las horas previas al crimen. Señalaron que el 8 de mayo pasado Montecino se reunió con amigos en su casa. Comieron un asado pero el alcohol fue el gran protagonista de la noche. Indicaron que ya en la madrugada, alrededor de las 3, Montecino y sus amigos fueron hasta el pub Ayelén, donde continuaron bebiendo. Allí se encontraron con los Zúñiga y con Cid. Según la fiscalía, Montecino estaba tan ebrio que se cayó involuntariamente sobre Cid. Entonces comenzó el camino hacia la tragedia, porque los grupos siguieron con la discusión en la vereda y en un momento Montecino le provocó un corte con un cuchillo en la mano a Marcos Zúñiga. “¡Paisano de mierda, me cortaste!”, le habría recriminado el herido, según algunos testimonios.

Según la hipótesis de González Taboada, Montecino regresó a su casa y se quedó dormido, producto de la fuerte borrachera. Fue alrededor de las 6 que los agresores llegaron hasta la vivienda de la víctima y tras patear la puerta lo encontraron tendido e indefenso. “Roberto Zúñiga le efectuó tres disparos que provocaron una hemorragia interna y la muerte poco después, como consecuencia de un shock hipovolémico”, destacó la fiscal.

A su turno, el defensor de los Zúñiga, Marcelo Inaudi, optó por no discrepar con la fiscalía en torno a la pelea en el pub. Reconoció esos hechos pero marcó que sus clientes “se defendieron” de las agresiones con arma blanca de Montecino y sus amigos. “Mi cliente hizo lo que pudo, se defendió con un palo que encontró”, relató.

Inaudi centró todas sus dudas en torno al momento del crimen. “No hay un solo elemento ni testigo que ubique a Zúñiga en la escena del crimen”, dijo al jurado. Destacó que el dermotest no detectó pólvora en las manos de los acusados y sostuvo que en el arma secuestrada “no se hallaron huellas digitales, como tampoco en la casa de Montecino”.

“Las huellas de la camioneta y el rastro de pintura en una pared no coinciden con las del vehículo de Cid”, agregó.

La hermana de Montecino, Alicia Susana Quidulef, recordó que el día del hecho su madre la avisó alrededor de las 10. “La puerta de la casa estaba abierta, entré y empecé a gritar pero mi hermano no me respondía. Lo encontré tirado boca arriba en su cama, con una mano en el estómago”, describió. Luego la fiscalía trajo al debate a la madre de la víctima, una anciana con problemas de movilidad y de audición cuyo testimonio fue desistido pocos minutos después por la propia Pizzipaulo.

Hoy, desde las 9, seguirá la ronda de testigos con la presencia de más policías que tomaron parte en el operativo de detención de los sospechosos.

Fuente: Diario Rio Negro

Foto: Marcelo Mercado

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