Al cumplirse cien años del asesinato de Abel Cháneton en el bar La Alegría que se ubicaba en Mitre y Olascoaga, esta mañana en esa esquina el intendente Horacio Quiroga encabezó el acto homenaje con el que se presentó el hito histórico reacondicionado que en sus imágenes y relatos cuenta la historia del reconocido periodista quien también fue presidente del Concejo Deliberante durante dos gestiones en esta ciudad.
“Estamos conmemorando la lucha, la procesión que tenia un periodista de raza comprometido con la verdad. Estamos hablando de una Neuquén que cuesta imaginarla, una Neuquén de inclemencias y de las vicisitudes”, dijo Quiroga en su discurso.
“Por eso estamos acá, preservando el patrimonio que tenemos conservar con orgullo, ese que no es tangible, que nos permite decir que tenemos raíces, que somos producto de toda esta gente que por circunstancias de la vida se juntó en este lugar y en este paraje”, agregó el intendente al destacar la importancia de recordar a quienes hicieron de ese paraje una ciudad con su propia identidad. “En un Neuquén que nadie se conoce con nadie y donde hay un montón de gente, me parece que es bueno encontrar denominadores comunes, porque nuestra historia y los hechos son el denominador común y cable a tierra”
“A veces creemos que es el Neuquén vertiginoso, el del desarrollo inmobiliario, el de la gente que va y viene, pero no venimos de eso. Este es el patrimonio, este es el Neuquén y quiero agradecer que estemos conmemorando hoy un hecho que marcó un rumbo en esta zona inhóspita y poner en valor una persona como fue Abel Cháneton”.
“Estamos preservando el patrimonio, ése que nos permite decir que tenemos raíces”, dijo Quiroga. (Foto: Silvina Cardell).
Fue su nieto y exconcejal de la ciudad, Carlos Cháneton, el encargado de abrir el acto y de contar qué pasó ese día en que su abuelo fue asesinado luego de denunciar en su diario la matanza de presos en Zainuco. Recordó que Cháneton había ido al teatro con su abuela, y que en un intervalo le avisó un amigo que lo estaban esperando en el bar la Alegría, punto de encuentro de todos los neuquinos en esos años .
“Sabía que era una emboscada. Estaban haciendo una campaña impresionante avisándole que le iban amatar a él y a su familia. Yo creo que ese miedo a que su familia fuera atacada, y esa convicción que todas las denuncias que había hecho asentada en pruebas reales no iban a tener el resultado que esperaban, y apretado por que el gobernador le había sacado la pauta de publicidad a su diario, dijo ya basta me la juego. Y por eso vino con la seguridad que era una batalla perdida, tenía un final que era su derrota, y prefirió entregar su vida y salvar a su familia que verse derrotado. Esto es lo que hay que destacar”, reflexionó su nieto al comprender desde su mirada el porqué de su asesinato y remarcó que su legado fue “no tener miedo de los poderosos, y luchar y defender a ultranza los valores y la verdad”.
Del acto participaron, además de familiares de Abel Chaneton y vecinos, los secretarios de Cultura y Turismo, Andrés Ros; de Economía y Hacienda, José Luis Artaza; de Modernización, Rubén Etcheverry; la directora del Museo Nacional de Bellas Artes, Ivana Quiroga; y los concejales Karina Montecinos (CC-ARI), y Pablo Bascuñán y María Eugenia Ferrarresso (MPN)
