Diez años sin María Elena Walsh: una poética lúcida y precursora

Por los múltiples e innovadores pliegues de una obra que se reveló anticipatoria de un
repertorio feminista, dejó una huella en el cancionero popular post-dictadura y apostó desde la
literatura a infancias más lúdicas y reflexivas, a diez años de su muerte la figura de la
escritora María Elena Walsh sigue enraizada en el imaginario colectivo.

Fue poeta, folclorista, intelectual, feminista, cantante, narradora, guionista, dramaturga y
también ideóloga de un universo infantil imaginativo y desbordante en el que camufló su ideario
político y feminista, porque para María Elena Walsh todas las ramificaciones del arte
funcionaron como territorio de operaciones para desplegar la tristeza y la impotencia que le
causaban la desigualdad social y las disparidades de género.

La mujer que nació hace 90 años y murió hace una década, el 10 de enero de 2011, supo desde
chica cómo descorrerse de los mandatos. Se autoproclamó feminista cuando la palabra incomodaba
y circuló en espacios donde se debatía la opresión a las mujeres, mientras sus artículos,
canciones y poemas fueron el refugio de la rabia, pero también el espacio desobediente para
cantarle a la libertad.

“Las feministas no tenemos odio, tenemos bronca. El odio es cosa de hombres. Estamos hartas de
odio, aunque venga empaquetado en sublimaciones y piropos. No hemos declarado la guerra, sino
que señalamos que existe y tiene los años de nuestra civilización. Nos defendimos como pudimos,
a veces con malas artes, por lo tanto es mejor que ahora parezca una guerra abierta, limpia,
esta que declaramos contra todas las formas de la arrogancia machista. La guerrilla de la
artimaña, el repliegue y la comodidad no hace sino reproducir series de esposas ‘achanchadas’ y
madres castradoras”, escribía allá por 1973.

“Ella era feminista cuando no había casi feministas, era una feminista subterránea, a veces
clandestina, pero escribía, y allí estaba su lucha. El poema que escribió sobre la muerte de
Eva Perón no deja dudas sobre su feminismo. A ver quién puede escribir esto que escribió en el
siglo pasado ella que era una antiperonista furibunda”, desafía la escritora Laura Ramos en
diálogo con Télam.

Ella era feminista cuando no había casi feministas, era una feminista subterránea, a veces
clandestina, pero escribía, y allí estaba su lucha”. María Laura Ramos.

Y cita: “Días de julio del 52 ¿Qué importa donde estaba yo? No descanses en paz, alza los
brazos no para el día del renunciamiento sino para juntarte a las mujeres con tu bandera
redentora lavada en pólvora, resucitando/No sé quién fuiste, pero te jugaste/Torciste el
Riachuelo a Plaza de Mayo, metiste a las mujeres en la historia de prepo, arrebatando los
micrófonos, repartiendo venganzas y limosnas/Bruta como un diamante en un chiquero ¿Quién va a
tirarte la última piedra? Quizás un día nos juntemos para invocar tu insólito coraje”.

“No escribió canciones inspiradas en las limitaciones intelectuales de los niños, su sintaxis
es compleja, su vocabulario riquísimo y anacrónico, es un slang dirigido a los niños. El
dispositivo moral de Walsh abarca formación de pensamiento, modos de existencia y de
resistencia: no debíamos matar a los pajaritos; los jardineros eran personas espirituales; el
azúcar primero era negra, su opuesto; el mundo puede ser de otra manera, incluso del revés”,
analiza Ramos.

Para la escritora y librera Cecilia Fanti “María Elena era única y era valiente. Se fue a
París, formó un dúo, cantó canciones de protesta, de denuncia, le dio para adelante, escribió
para grandes y chicos… escritoras como ella son muy hijas del siglo XX y son quizá también
las últimas representantes de un siglo en el que pasó todo”.

Hay algo que otros escritores que nos dedicamos a los libros infantiles heredamos de ella que
es animarse al absurdo. Entender que dentro de la poética del absurdo hay un sistema de
inteligencias que complotan para decir cosas que de otra manera sería muy complicado”. Pablo
Bernasconi.

“Fue además una mujer que rompió con ciertos tabúes a la hora de no ser como lo que la sociedad
pretendía de las mujeres. Eso también la convirtió en un faro, en alguien que miran y han
mirado otras mujeres a lo largo de su vida. A mí como escritora y librera me gustaría que el
mercado jerarquizara su obra de igual manera -explica-. La semillita de María Elena en lo que
tiene que ver con la política y el género empapa todas sus decisiones estéticas, tanto las de
adulto como las de niñes”.

Ella es la bisagra: hay un antes y después en relación a la literatura-escuela, literatura-
infancia y literatura-juegos. Pero ella es muchas otras cosas: la cuestión de género y el
feminismo son cosas que han estado muy fuerte en su obra en una época en la que todo eso no
estaba en agenda. Ella ha sido una pionera”. María Teresa Andruetto.

“Hay textos inéditos, hay poemas, hay canciones, hay una carta de renuncia a un programa de
radio que tenía, hay crónicas y escritos periodísticos, hay textos sobre literatura y
escritoras mujeres. El valor de los textos es enorme: da cuenta de una artista comprometida con
su tiempo, con la defensa de los derechos de las mujeres durante toda la vida, y de alguna
manera, la sitúa como una referente actual de la vida cultural y política argentina de la
segunda mitad del siglo XX”, adelanta la editora Julieta Obedman, directora editorial del sello
Alfaguara.

“Leer todos esos textos juntos da la dimensión del valor que María Elena le daba al feminismo,
al lugar de la mujer en la sociedad y en la cultura, al tiempo que siempre se dedicó a escribir
sobre eso, a denunciar injusticias, a valorar a escritoras mujeres y a otras protagonistas en
todos los ámbitos. Justamente este libro nos muestra a una escritora muy conectada con la
problemática de las mujeres aun cuando, es cierto, no es sino ahora que el impulso feminista ha
cobrado tanto ímpetu, haciendo valer derechos que hasta ahora estaban vedados”, analiza.

Penguin Random House publicará en los próximos meses “¿Qué es el feminismo?”, una recopilación
exhaustiva de todos los textos escritos por María Elena Walsh a lo largo de su vida.
Para la escritora y poeta María Teresa Andruetto, la creadora de “La reina Batata” es muchas
cosas al mismo tiempo: “el aspecto que ha sido el más canonizado y canonizante de ella que es
el de la literatura para niños, sobre todo la poesía y la canción. Ella es la bisagra: hay un
antes y después en relación a la literatura-escuela, literatura-infancia y literatura-juegos.
Pero ella es muchas otras cosas: la cuestión de género y el feminismo son cosas que han estado
muy fuerte en su obra en una época en la que todo eso no estaba en agenda. Ella ha sido una
pionera”.

“Hay algo que otros escritores que nos dedicamos a los libros infantiles heredamos de ella que
es animarse al absurdo. Entender que dentro de la poética del absurdo hay un sistema de
inteligencias que complotan para decir cosas que de otra manera sería muy complicado. El
absurdo y la poesía tienen formas amables para llevar adelante sucesos que sobre todo en la
niñez pueden resultar traumáticos o problemáticos”, destaca por su parte el escritor Pablo
Bernasconi.

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