Copa de la Liga: Boca dejó afuera a River con lo justo y por penales

De un momento al otro, sólo en cuestión de horas, el favoritismo para el Superclásico se inclinó para Boca. Los 15 casos de Covid-19 que desmembraron a River en la previa del partido, le otorgaban al Xeneize una oportunidad única para cicatrizar una herida que supo abrir Marcelo Gallardo en los mano a mano con su clásico rival.

Miguel Ángel Russo tenía una nueva chance, la tercera en este año después de dos empates consecutivos, de romper con la hegemonía millonaria más allá del contexto, y recuperar cierta credibilidad dentro del Consejo de Fútbol, donde el máximo cacique Juan Román Riquelme, es su gran aliado. Aunque claro está, todo puede cambiar en el fútbol y más aún en Boca.

El DT nunca había podido ganar un Superclásico (ni en este ciclo ni en el anterior en el club) y una victoria convincente le daría aire para encarar los dos duelos que le quedan por la Libertadores, donde tendrá que ganar ambos para acceder a los octavos de final.
Boca no debía apiadarse del mazazo impensado que sufrió River con la explosión sanitaria, que lo dejó casi desnudo para afrontar este Superclásico. Nada de eso pasó.

O en parte sí, porque luego del 1-1 en los 90’, el Xeneize le ganó 4-2 en los penales a River y ahora jugará con Racing por un lugar en la final de la Copa de la Liga. Lo que Boca ni Russo pudieron hacer en una oportunidad tan propicia fue cerrar esa herida que generó Gallardo, luego de seis mano a mano a partir del 2014.

La dignidad y el atrevimiento le bastaron a River para quedar al borde de la hazaña, ante un rival cuyo DT tendrá que revisar a fondo distintas cuestiones futbolísticas y también de carácter en momentos críticos.

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