Por Ariel Leonhardt caleonhardt@rionegro.com.ar
Para la fiscalía fue una “tentativa de homicidio”. Las comunidades mapuches repudian los cargos
“Rajá de acá loca, rajá de mi casa”. El sol impiadoso cae como una daga en la estepa neuquina. Son los últimos días de un diciembre caluroso. El 2012 se va despidiendo pero la tensión no cede en el paraje Portezuelo, donde la comunidad mapuche Winkul Nehuén bloquea el paso a los operarios de la empresa Apache.
Hasta allí llega la oficial de justicia Verónica Pelayes con la misión de notificar la decisión de la jueza Ivonne San Martín que le da luz verde al reclamo de la firma. Pelayes cumple su trabajo sin sospechar que unos instantes más tarde recibirá un piedrazo en el rostro que cambiará su vida para siempre.
El video al cual tuvo acceso “Río Negro” dura poco más de un minuto y medio y forma parte del expediente judicial que se comenzará a debatir dentro de poco en el marco del juicio por jurados en el que se resolverá el caso. Son los instantes previos a la agresión que sufrió Pelayes el 28 de diciembre de 2012.
La escena se observa nítida. Un grupo reducido, del que participa Relmú Ñanco (Carol Soae), increpa a Pelayes. Son siete u ocho personas. Se ve a otras mujeres y a dos chicos que juegan despreocupados sobre el techo de una camioneta Ford de la comunidad.
Ñanco abre los brazos. Gesticula y levanta la voz. Pelayes no retrocede. Escucha lo que le dicen e intercambia unas palabras. A corta distancia observan los dos policías que custodiaban a la empleada judicial, los mismos que después desaparecieron cuando comenzaron las agresiones con piedras.
“Váyanse, ya actuó, que se vaya”, dice una de las personas cercanas a Pelayes. “No van a entrar, que vengan los responsables de la empresa, váyanse”, agrega la misma voz.
“Rajá de acá loca, rajá de mi casa”, repite una y otra vez la referente mapuche. Enseguida agrega: “qué sabés vos de temas mapuches, no tenés ni idea, tenés que volver a la primaria y aprender qué es el pueblo mapuche”.
Pelayes completa su trabajo, gira y vuelve sobre sus pasos. Relmú Ñanco la escolta muy ofuscada. “Se van ustedes o le sacamos nosotros el vehículo”, dice un hombre que sería Martín Velázquez Maliqueo. Luego, mirando a la cámara, advierte: “usted, baje esa cámara”.
El video registra los segundos previos a la agresión. Pelayes, según relató ante la justicia, alcanzó a subir al vehículo cuando se desató la lluvia de piedras. En su testimonio asegura que Ñanco se acercó a centímetros de la ventanilla y desde allí le arrojó una piedra de gran tamaño que explotó contra su rostro. Las lesiones fueron gravísimas. Pelayes estuvo a punto de perder un ojo y su rostro quedó desfigurado. Nunca más pudo volver a trabajar.
